NESTOR O. MORRIS * Poemas 2006

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ABSURDO
 
Tiempo atrás hemos sido
cada verso de amor que se haya escrito.
El Paraíso estaba
presente en todo acto. Las mañanas
siempre tenían un sol dando señales.

De modo que no había
ni sombras con su ahogo
ni pantanos tragándose los sueños.

Muchos querían leerse en nuestros ojos
descifrar el camino.
Entender
al menos cierta parte del misterio.

Ningún puente era ajeno
para acortar distancias y olvidarlas.

Por eso esta intemperie resulta tan aciaga
la piedad de la lluvia
no apacigua el infierno que consume los párpados.
No hay alba, ni luceros
ni suspiros durmiendo.

Tu nombre
es un consuelo que no tengo.
 
 
OTRA HISTORIA
 
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Tres panaderos en el aire juegan
cierta danza sin música, que el tenue
corretear de una brisa ha creado.

Hoy el calor agobia
el aire se ha marchado sin aviso
ha de costar dormir
y sin embargo,
siempre aparece un paisaje fresco.

Que lo sepamos ver
es otra historia.
 
(En ciertas regiones de la Argentina, se conocen como "panaderos" a los plumerillos que llevan la semilla del cardo)
 
 
LA DAMA DEL CUADERNO
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Por los rasgos que asoman
detrás del abandono acumulado
puede verse que ha sido
una bella mujer,
tal vez muy bella.
Ojos verdes que hoy llevan
la mirada perdida en algún tiempo
y una melena negra,
que si luciera limpia
sería causa de envidias escondidas.
 
Acostumbra sentarse
en uno de los bancos alejados
de la estación de Munro, con un libro
y un cuaderno que fuera
escuela de otras manos más pequeñas.
 
Habla sin estridencias
diciendo inentendibles comentarios.
Cada tanto sonríe
como si alguien
-imaginario ser-
estuviera con ella, comprendiéndola.
 
Habituada a las chanzas y atropellos
recela si se acercan
o le hablan.
Es normal que se enfade
recoja sus miserias
y se marche -sin más- hacia otra parte.
 
Estoy considerando
alguna tarde de estas, si la encuentro
el sentarme a su lado
y sin mirarla
recitar unos versos que recuerde.
Aguardar cierto tiempo,
levantarme y marchar
con los pasos tranquilos
(como el alma)
 
Seguramente
habrá de aparecer alguien que diga:
_a la loca del banco,
por si una fuera poco,
le apareció un rival...
¡Dios nos bendiga!

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LA VECINDAD
 
Los árboles en fila custodiando
la acera que -supongo-
añora su pasado sin asfalto.
Una anciana se queja
y barre inútilmente la vereda,
porque el viento y los seres se entretienen
en sembrar papelitos a su antojo.
El tránsito demuestra su mal genio,
casi nadie sonríe en el volante.
(han de llevar la mente en otro sitio
o están ejercitando un improperio)
No quiero comprender
porque se han olvidado del encuentro,
el par de torcacitas que sabían
de las migas que yo desmenuzaba,
promediando las diez, cada mañana.
Hace ya nueve años
cerraron un colegio (que no ha vuelto)
y escasos hechos son tan agraviantes
como dejar un aula con fantasmas.
Nunca se ponen placas
que adjudiquen un nombre a lo insensato.
Se han muerto varios don y varias doñas.
Hoy hay cierto mutismo entre la gente,
claro está, a menos que se trate
de darle por la espalda a quien lo ignore.
Así la vecindad sigue su curso,
embarrada de grises por momentos,
con un sol en las manos otras veces.

Mi pretérito andar sabe traerme
billetes en desuso
que sirven de recuerdo, solamente.
 
 
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ESPEJOS
 
No es mala idea
mirar alrededor de nuestros pasos.
 
Alli se puede andar
del punto de partida
al epitafio.
 
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ACTITUDES
 
Miro el cielo
(no creo en los pronósticos)
 
Busco mi senda
(ignoro los horóscopos)
 
Nado en tus ojos
(abandoné lo incierto)
 
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GOTERAS
 
Dos gorriones mojados
parecieran hablar con sus gorjeos.
 
Es tiempo de postura.
 
Deben estar planteándose
que es preciso buscar
otro escenario.
 
ARECO
 
Aun puesto a andar la senda más lejana
nunca me iré de la comarca mía,
donde el Sol juega con su luz temprana
sobre el trigal en vasta letanía.

Podrá mi vista hallar otra ventana
con su cristal mostrando algarabía,
pero olvidar sería tarea vana
cuando se ufana la melancolía.

Posiblemente entiendan lo que digo
al no sacar mis horas de la noria,
absurdamente juega cual castigo
acompañar el paso a la memoria.
 

POEMAS 2006