SON LAS NUEVE DE LA NOCHE
Son las nueve de la noche
y un niño de ojos cansados
ofrece sus estampitas
entre los autos, de prisa.
Algunos alzan la mano
en mezcla de No y disculpa,
otros brindan su moneda
y hay quienes ni se dan cuenta.
El semáforo no sabe
de que tono es la miseria
y con su rutina sigue
entre gases y bocinas.
Son las nueve de la noche
y un niño de ojos cansados,
al costado de la calle,
cuenta limosnas y espera.